Rodeo time

Una de las cosas que se lleva a rajatabla en el Reino Unido antes de dar tu primer paso en el trabajo, es la de proveerte con información acerca de los riesgos laborales asociados a tu puesto y la firma del consiguiente documento de descargo (interesados por tu integridad física, sí. Pero más interesados en no ser denunciados por lesiones). Me vais a decir que en España ocurre lo mismo y mis 12 años de experiencia laboral allí me inducen a pensar lo contrario. Te invito a que me saques del error.

Al lío. Entrad conmigo en la granja y cerrad todas las puertas que paséis que no quiero que se escapen los animales. Esto me ocurrió en una visita a una granja cerca de Chester. Algo simple en principio. Testear 60 animales entre vacas, toros y terneros. De manera científica y como presunto experto en la materia, aclaro que una vaca es un mamífero grandecito con 4 patas que le llegan hasta el suelo y toda ella está llena de recelo a los humanos (esto último denota cierta inteligencia).

Como humano que soy, me acerqué a una vaca que estaba esperándome en la manga y se puso bastante nerviosa, asustando a los dos terneros que tenía detrás. Uno de ellos intentó saltar por el lateral de la manga, quedándose atrapado y clavándose dientes de hierro usados para el bloqueo con barras (la foto borrosa sirve de ejemplo). Con sus berridos agónicos y la vaca precedente saltando y amenazando con destruir el chiringuito había que actuar y rápido. Lo que menos me apetecía en ese momento era acabar recogiendo tripas de vacuno. No antes de la hora del té.

Dientes de bloqueo
Dientes de bloqueo
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Ejemplo de manga

Dejé al ganadero que se metiese en la manga mientras yo desde fuera luchaba con aliviar la presión del animal contra los dientes de hierro. Pero no resultaba. Indiqué al ganadero que lo mejor que se podía hacer era palanca con un madero y así hicimos. Salvo que eso me obligaba a meterme en la manga. ¿Qué podía fallar si el ternero estaba atrapado y la vaca loca al otro lado del ternero?

Os lo digo. El hermano del atrapado que lo tenía a mi espalda. Pasó del susto y nerviosismo a decidir que lo mejor era cargar contra el veterinario y así lo hizo. Después de los dos primeros testarazos en mi espalda, decidí que esa experiencia no me gustaba y me aupé entre las talanqueras para escapar por arriba. En ese momento, el atacante pasó por debajo y decidió regalarme su último testarazo en la mitad de lo mío propio en número par, dejándome flojo de remos y cayendo por tanto sobre su lomo. Creedme, lo peor que puedes hacerle a un ternero de unos 150kg bastante nervioso, es acabar sobre su lomo. Máxime si eres humano y además veterinario, pues el olor a medicinas y desinfectante lo notan a la milla.

A pesar de todos mis esfuerzos confieso que sólo duré unos 3 segundos encima de esa bestia, marcando mi récord personal sin intención de batir al menos de manera voluntaria, y tras los cuales salí despedido por encima de la manga para aterrizar de pie y sacudiéndome los hombros como si nada hubiese pasado.

Como se puede comprobar, no seguí ni el sentido común ni las normas básicas de Health and Safety (H&S) y pude haberme arrepentido seriamente al haberme visto denegada la cobertura sanitaria del seguro por eso mismo. Así que sirva esta anécdota como aviso para que os esforcéis en cumplir siempre las indicaciones de seguridad laboral que se os faciliten.

Y sí. Después de mucho esfuerzo, el ternero fue liberado sin un rasguño.

Comparte esta historia si conoces a alguien que disfrute haciendo palanca a terneros o le guste cargar contra veterinarios.

VOCABULARIO:

– “Fancy a cuppa?” = ¿Te hace un té para ver si recuperas el color en la cara?

– “I didn’t realise this young bull was really upset, Guv’nor” = Sabía que el ternero te iba a freír los cataplines, Doc. Pero teníamos una misión que cumplir.

6 thoughts on “Rodeo time

  1. Qué me haya tenido que enterar de que tienes un blog por otros… ¡esto no te lo perdono!!! 😜

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    • Ay Esther! Que no me ha dado tiempo a hacerle publicidad de todo a 100. Que el empujón me ha venido sin darme cuenta y gracias a una persona a la que admiro.
      Que alegría saber que estás por aquí y gracias por dedicarme un momentito.
      Sirvió esto para conseguir un poquito de perdón?

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    • Gracias Rubén. Me enorgullecen tu atención y tus palabras. Animan a seguir adquiriendo experiencia a golpe de anécdota. O es al revés? Un fuerte abrazo.

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