Vacauxiliar de servicios

Hoy vengo a desmontar un mito vacuno. En general y sobre todo debido a dibujos/ilustraciones, dices que vas a visitar una ganadería y la gente se figura al veterinario en pijama impoluto con el fonendo al cuello, estando de buen rollo con un ganadero con peto vaquero y sombrero de paja, con 4 vacas al fondo recién lavadas y enseñando incisivos debido a su inmensa sonrisa.

Puede ocurrir, cuidao. Pero no es lo normal.

Primero: Los rumiantes no tienen incisivos superiores. Así que si a uno le da por sonreir, la sonrisa es cuanto menos desconcertante. No sólo eso. Si arruga el labio superior lo más seguro es que sea debido al “reflejo de Flehmen” que facilita la mejor recepción de feromonas en el órgano vomeronasal o de Jacobson. Si hacen esto es posible que hayan localizado una hembra en celo y si no hay hembras cerca, echaos a temblar.

Segundo: Las vaquitas son muy monas no lo puedo negar, pero dan mucho trabajo como para tenerlas de animales domésticos. De ahí que su principal destino sea la producción y para que ésta sea rentable el número de animales en una granja tiene que ser considerablemente superior a 4. Son grandes y el espacio muchas veces limitado. Cuando te reunen unas 500 cabezas para leerles el crotal* y aplicarles un par de inyecciones a cada una, el pelotu que se forma en la manga no le tiene nada que envidiar al primer día de rebajas en los grandes almacenes. Además no levantan la patita para pedir permiso para ir al baño pues ahí mismo van dejando lo que les sobra. Esto nos lleva al siguiente punto…

Tercero: El veterinario en pijama queda bonito en la tele pero para lidiar en el exterior, debes llevar ropa impermeable. Incluso en verano. Visitar diferentes ganaderías identificando enfermedades infecciosas requiere una atención extrema en cuanto a bioseguridad se refiere. Y después de las visitas hay que lavarse y desinfectarse. Pijamita molón descartado. Además las salpicaduras de producto vacuno no lechero son bastante comunes y en ocasiones abundantes. Y el ganadero corre la misma suerte.

* Crotal = ese pendiente con unos 12 números cuyo “3” se convierte en un “8” si su mitad izquierda está cubierta de mierda

"Sí doc, tengo crotal y para leerlo me vas a tener que retirar el pelo de las orejas. Vamos, ¿a qué esperas?"
“Sí doc, tengo crotal y para leerlo me vas a tener que retirar el pelito de las orejas. Vamos, ¿a qué esperas?”
Si ya os hacéis a la idea del cuadro, entenderéis mejor el momento de “¿Qué narices hago yo ahora?” vivido en una ganadería en Gales.

7 de la mañana. Llevo 1h bajo la lluvia en una manga sin ningún tipo de resguardo. El ganadero a mi derecha atrapando a los animales en la salida de la manga para que en un lapso de 10-15 segundos yo sea capaz gritar el número del crotal (mi asistente se resguarda de la lluvia en un cobertizo a 20 metros), palpar la piel, hacer 2 marcas con una peladora eléctrica, medir el grosor de la piel, aplicar 2 inyecciones diferentes y comprobar que han sido correctamente inyectadas. Y no se quedan quietas, así que hay que hacer fintas para ir al sitio correcto y no exponerte a ser atrapado entre animal y hierros de la manga pues los codos, lamentablemente, tienden a flexionarse sólo para un lado.

Según se van liberando los animales, éstos se quedan sueltos alrededor tuyo y su instinto hace que se vayan lo más lejos del jaleo. No es raro encontrarte con una descarada que por inocencia o caradura se queda cerca y empieza a oler el equipo, darte testarazos para que le acaricies detrás de la oreja, darte lametones o intentar comerse tu capucha a tirones con el consiguiente riesgo de desestabilización y derribo. Al ganadero esto le parece hilarante y no hace por quitarla. He de admitir que tampoco me molesta pues al acariciarles la cabeza, se quedan relajadas cerca de la manga y encuentro menos nerviosismo en aquellos animales que aún están en la manga.

"A ver Primorosa, que estoy trabajando y yo soy serio."
“A ver Primorosa, que estoy trabajando y yo soy serio.”
Pues en esas estaba, sujetando con el sobaco izquierdo la peladora pues con la mano izquierda agarraba una de las jeringas y con la derecha le aplicaba la otra haciéndo así el número de Rocky Balboa fintando y golpeando vacas pero éstas vivas. Una de las “vacas auxiliares de servicios veterinarios” mostrando curiosidad por mi equipo ordenadito en una bandeja cerca de la acción y la cual, antes de poder hacer yo nada, veo como le mete un hocicazo y me vuelca todo su contenido en un charco de material diverso. Y la vaca cariñosa de mi lado que, no contenta con sólo lamerme, intenta montarme.

"Voy a echarle un cable con sus cosas al de la vaca en los hombros, que lo veo ocupado"
“Voy a echarle un cable con sus cosas al de la vaca en los hombros, que lo veo ocupado”
Pues sin poder separar el brazo izquierdo del cuerpo a riesgo de dejar caer la peladora eléctrica en un charco, me agarré al estilo T-Rex al lateral de la manga, con una vaca en los hombros e intentando no pincharme con las jeringas mientras le daba ganchos de derecha en el mentón para que desistiese de sus intenciones, mientras mi equipo auxiliar yacía en el fondo de un charco. A esto que pasa la mujer del ganadero con una bandeja con bocadillos de salchicha y me dice sin mostrar sorpresa: “Coge uno”. Le indico que me encantaría pero que si por un casual no se había dado cuenta, tenía a una de sus vacas sobre mis hombros intentando placarme en ese momento y me responde: “Sí, eso lo hacen cuando están en estro. ¿Coges uno o eres vegetariano?”

¿Y qué otra cosa podía hacer yo? Pues cogí uno.

Comparte esta entrada si tú la única sonrisa vacuna desconcertante la encuentas en los quesitos de la vaca que ríe (fijaos bien, por favor) o si no puedes evitar hacer Flehmen cuando tu órgano vomeronasal se vuelve majara al detectar chorizo criollo.

VOCABULARIO:

– “Bulling“= Acción de montar cuando una hembra está en celo o detecta el celo de otra hembra

– “Bullying“= Acoso

– “Vet harassment“= Bullying por bulling

 

3 thoughts on “Vacauxiliar de servicios

  1. Tuviste suerte de que fuera una vaca porque si es un toro… ay omá que susto.
    De todas formas, en esa situación ponte un peto detrás y dale los bocadillitos por si las moscas 😉

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